miércoles, 15 de octubre de 2008

Taurina. ¿Que es? BILIS DE BUEY

TAURINA, MEDICAMENTO DEL FUTURO

Sofía Montoya

La mala fama de las bebidas energéticas, altamente perjudiciales cuando se combinan con alcohol, ha creado la idea errónea de que la taurina es dañina. Lo cierto es que se trata de un elemento indispensable para el ser humano, el cual debe ser empleado por sus importantes efectos terapéuticos.

En los últimos años hemos atestiguado el auge de nueva modalidad de productos que, de acuerdo a los anuncios publicitarios, tienen el objetivo de dar energía al organismo cuando se encuentra en situaciones de agotamiento o de esfuerzos intensos; sin embargo, también son empleados para elaborar cocteles que la comunidad médica ve con malos ojos debido a su alto contenido de alcohol y potencial daño al hígado. Hablamos de las bebidas energéticas, que son fáciles de conseguir en autoservicios y licorerías de México, aunque en naciones como Francia, Noruega y Dinamarca su comercialización está limitada.

La taurina es uno de los componentes de estas fórmulas, junto con cafeína, azúcares, vitaminas del complejo B, guaraná o ginseng, y desafortunadamente ha ganado mala reputación porque se considera que es adictiva. Por principio de cuentas hemos de decir que esta opinión es falsa, y para disipar dudas le invitamos a conocer algunos detalles de interés sobre este compuesto.

Gran valor
La taurina es un aminoácido (molécula que sirve para construir proteínas) que contiene azufre y cuyo nombre se deriva del vocablo bos taurus o bilis de buey, de donde fue aislada por primera vez a mediados del siglo XIX. Entre sus funciones se encuentra la de actuar como neurotransmisor, es decir, como una de las sustancias empleadas por el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) para transmitir mensajes entre las neuronas y coordinar su actividad.

Sólo otros cuatro aminoácidos actúan de esta manera: el ácido gamma-aminobutírico (GABA), la glicina, el ácido glutámico y el ácido aspártico; los dos primeros, junto con la taurina, inhiben la actividad de las redes neuronales, mientras que los dos últimos la activan (son excitatorios).

Todavía hacen falta estudios que establezcan la totalidad de las funciones de la taurina, aunque las evidencias más firmes hacen creer que actúa principalmente a nivel de la médula espinal, sin olvidar que tiene cierta influencia sobre el cerebro. También es común encontrarla en los tejidos de todos los músculos, incluyendo los del corazón, ya que ayuda a eliminar ácido láctico, que genera fatiga por esfuerzo físico.

Asimismo, interviene en el proceso de hidratación, regulando la sal y el contenido de agua que hay dentro de las células, además de que estabiliza la actividad de las paredes (membranas) de éstas. Por si fuera poco, se involucra en la producción y funcionamiento de la bilis (líquido digestivo segregado por el hígado), y participa en la eliminación de radicales libres, responsables del envejecimiento y formación de tumores cancerosos, por lo que actúa como antioxidante.

El cuerpo humano es capaz de crear a la taurina a partir de una proteína, la cisterna, que encontramos de manera natural en pescados, huevo o carne. Una dieta balanceada es suficiente para obtener las cantidades requeridas de esta sustancia, pero algunos grupos humanos deben recurrir a productos enriquecidos:

* Vegetarianos. Quienes siguen una dieta estrictamente basada en frutas, verduras y legumbres necesitan un suplemento especial, ya que el aminoácido en cuestión no está presente en ningún vegetal.
* Atletas de alto rendimiento. La taurina es eliminada rápidamente a través del sudor y la orina, y es por tal motivo que los deportistas pueden necesitar, si su nutriólogo así lo determina, el uso de un complemento o de bebidas rehidratantes con esta sustancia.
* Recién nacidos. La leche materna es el mejor alimento que puede tener un bebé, ya que cubre todas sus necesidades alimenticias durante los primeros 4 a 6 meses de vida. Empero, si por alguna razón el pequeño debe ser alimentado con una fórmula láctea, ésta debe encontrarse enriquecida con taurina.
* Ancianos. Debido a deficiencias en su alimentación o para absorber nutrientes, se suele recomendar que las personas de la tercera edad recurran a un suplemento alimenticio que les aporte aminoácidos.

¿Medicamento potencial?
Durante varios años se han realizado investigaciones científicas sobre las posibles aplicaciones médicas de este aminoácido en terapias nutricionales, y algunas de ellas han arrojado resultados tan sorprendentes como positivos para el futuro tratamiento de varias enfermedades comunes.

Por principio de cuentas, y en relación con su capacidad de acción para evitar la fatiga, estudios realizados en animales han demostrado que la taurina mejora la fuerza del músculo del corazón y previene el desarrollo de cardiomiopatía (debilitamiento cardiaco que impide adecuada distribución de sangre). Otros experimentos han ayudado a entender que alta concentración de esta sustancia tiene acción protectora en la retina del ojo, evitando los efectos dañinos de la luz ultravioleta y sustancias tóxicas, responsables de deterioro visual.

Los tratamientos de diabetes (exceso de azúcares y grasa en sangre por mal aprovechamiento o nula producción de insulina) y cálculos biliares (formación de “piedritas” en la vesícula biliar, localizada debajo del hígado) también se ven beneficiados con el uso de este compuesto. En el primer caso, la taurina ayuda a la adecuada formación de bilis, que mejora la digestión y asimilación de grasa, mientras que en el segundo inhibe la acumulación de sales y, por tanto, su solidificación.

También se han efectuado estudios que demuestran la utilidad de este aminoácido para hacer frente al síndrome de abstinencia del alcohol y la morfina. Cuando un paciente crea dependencia a alguna de estas sustancias adictivas y luego suspende su consumo, presenta temblor, debilidad, escalofríos, dolor de cabeza, deshidratación, nauseas y, en casos graves, pesadillas, depresión, alteraciones cardiacas y alucinaciones. La administración de taurina ayuda a reducir la gravedad de los síntomas severos y, por ende, contribuye en la rehabilitación.

Otra enfermedad donde la taurina tiene efecto favorable es la epilepsia (actividad anormal del cerebro que genera convulsiones o momentos de ausencia), pues se ha demostrado su importante capacidad para regular la actividad celular y eléctrica de los tejidos del encéfalo en animales, además de que normaliza la cantidad de ácido glutámico en el sistema nervioso, compuesto que es señalado como uno de los responsables de este desorden neurológico.

Conociendo esto, los fabricantes de suplementos nutricionales ricos en taurina, elaborados originalmente para personas vegetarianas o deportistas, aseguran que sus productos contribuyen entre otras cosas a:

* Mejorar el tiempo de recuperación ante el cansancio muscular.
* Tener mayor respuesta al realizar esfuerzo físico.
* Prevenir ataques epilépticos y estados de ansiedad.
* Disminuir cambios relacionados con el envejecimiento.
* Eliminar radicales libres.
* Reducir el riesgo de problemas de visión.
* Proteger al cerebro de los daños producidos por el alcohol.

Así, estos productos pueden ser de utilidad como preventivos de enfermedades y complementos alimenticios, aunque se debe aclarar que su consumo debe apegarse a las indicaciones de uso y no ser excesivo. Las pruebas de laboratorio no han demostrado que la taurina sea tóxica, incluso cuando se administra en concentraciones muy elevadas, pero cabe recordar que esta sustancia disminuye la actividad neuronal, por lo que en dosis altas puede generar leve depresión.

Finalmente, queda claro que la taurina no es un compuesto dañino y que, al contrario, es indispensable para la actividad muscular, el proceso digestivo, la eliminación de radicales libres y el funcionamiento del sistema nervioso, amén de que cuenta con importante potencial farmacológico. No debe, pues, vincularse con los problemas a la salud que representa la combinación de bebidas energéticas con alcohol.

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