sábado, 18 de octubre de 2008

Bacterias en los pulmones

Artritis Reumatoide mejora de un 95 por ciento


La señora, Cristina Fraustro Chávez de la ciudad de Gómez Palacio, ofreció su tetimonio que tomando dos botes de Star Bien y dos de One Per Meal (OMNILIFE) logró salir de una crisis de artritis reumatoride.

Ingería tres cucharadas de Star bien y tres de One Per Meal en un litro de agua y otra dosis igual por la tarde y en un mes desaparecieron los síntomas agudos.

Reforzó su tratamiento con Power Maker y New Yougurth de la misma empresa y corrigió la deformación de sus huesos. Asegura tener una mejora del 95 por ciento con esos productos los cuales toma para darse mantenimiento de manera constante pero en menor dosis.
Sra. Cristina Fraustro

Además comentó que una niña de escasos cuatro años, tiene una enfermedad pulmonar y que de manera económica, los médicos explicaron a la madre que padecía de una bacteria que se había alojado en sus pulmones. Al respecto damos una versión médica de las causas de ese paecimiento y el funcionamiento del sistema inmunológico.

Como se verá es importante apoyar a nuestro organismo con una sana nutrición basada en frutas y verduras con alto contenido de vitamina C y E. Las megadosis de suplementos vitamínicos son una buena opción. Recomendamos los de OMNILIFE particularmente el Omniplus, Aloe Beta, Dual C y One Per Meal, para ayudar al sistema respiratorio del paciente.

Aparato broncopulmonar expuesto diariamente a bacterias

Neumonía: Infección ( o inflamación no-infecciosa) bien sea del espacio aéreo o del intersticio pulmonar. Calificativos: Pueden ser utilizados para indicar el curso temporal (aguda o crónica), el compromiso anatómico dominante ( del espacio aéreo, lobar, intersticial, bronquial) o su etiología (bacteriana, viral o micótica).

Es una conclusión inferida, basada en signos generalmente confiables. El término de neumonía en general es preferible al de su sinónimo, aunque el último es comúnmente utilizado para referirse a las infecciones por virus o por Micoplasma Pneumoniae.

Es importante conocer los mecanismos básicos de defensa inmunológica, general y específicos del aparato respiratorio, para comprender mejor la fisiopatología y por lo tanto las manifestaciones radiológicas de las neumonías y en general de los procesos infecciosos que afectan el pulmón y el tórax.

Al igual que sucede con el aparato gastrointestinal, el aparato broncopulmonar está constantemente expuesto a incontables agentes infecciosos y factores irritantes provenientes del medio ambiente. Aún en el paciente sano, la faringe está siendo continuamente colonizada por bacterias patógenas que normalmente no llegan a penetrar al conducto respiratorio inferior ni al parénquima pulmonar. Si llega a presentarse contaminación del tracto respiratorio inferior por parte de los agentes contaminantes, un complejo mecanismo de defensa entra en funcionamiento. La primera barrera con la que se encuentra el germen o el agente infectante es el revestimiento epitelial de la vía aérea , y en general del espacio aéreo. Por debajo de esta pared, en la lámina propia y en el tejido conectivo del intersticio interalveolar, se encuentran células plasmáticas secretoras de IgA y macrófagos tisulares que neutralizan y remueven los gérmenes contaminantes. Dentro de la luz de la vía aérea, los microorganismos son limpiados por un material viscoso que en sí mismo tiene también capacidad antimicrobiana. Las secreciones traqueobronquiales contienen lisosimas, lactoferrina e interferón que asociadas a la capa surfactante del espacio aéreo ayudan al control bacteriano. Los gérmenes, rodeados de estas secreciones adherentes son englobados en el moco y propulsados a la capa mucosa donde la acción ciliar ayuda a su limpieza hacia el exterior. Cuando esta primera línea de defensa falla y el invasor penetra a los tejidos, entra en funcionamiento una compleja segunda línea de defensa denominada la "respuesta inflamatoria".

Inicialmente hay un efecto vasoconstrictor a nivel arteriolar, seguido de vasodilatación e incremento del flujo sanguíneo que lentifica la velocidad de flujo a nivel de los capilares y favorece el escape de líquido y edema hacia el área ocupada por el germen invasor, favoreciendo la adherencia de células fagocitarias a las paredes capilares. Varios mediadores atraen células fagocitarias mediante un mecanismo de quimiotaxis. Hay activación de complemento y de anticuerpos que se combinan con componentes químicos antigénicos como polisacáridos y polipépticos que preparan al germen virulento para la fagocitosis, proceso conocido como opsonización. Hay un incremento en el número de células fagocitarias, inicialmente mediante polimorfonucleares neutrófilos, y posteriormente por macrófagos, que son atraídos e ingieren el material preparado. Los linfocitos B preparan anticuerpos específicos contra el agente microbiano y liberan otros mediadores químicos que mantienen la acción de los fagocitos en el sitio de la invasión.

Uno de los elementos más importantes para el éxito del mecanismo de defensa es dado por esas células fagocitarias que no solamente deben en-globar el germen invasor, sino que además deben producir enzimas en cantidad suficiente para destruir el agente fagocitado. Podemos ver por lo tanto, que existe una clara interacción permanente entre el mecanismo de inmunidad celular con células fagocitarias y la interacción del mecanismo de inmunidad humoral. Cuando este mecanismo de defensa falla o es desbordado por el agente infeccioso, pueden presentarse infecciones no solamente por agentes patógenos sino también por gérmenes normalmente no virulentos, condicionando la aparición de infecciones por micro-organismos de tipo oportunidad.

La patogenicidad variable de los gérmenes, sumado a la gran variabilidad de la posible respuesta inflamatoria del huésped, va a determinar que las manifestaciones radiológicas de los diferentes procesos infecciosos pulmonares pueda ser bastante variable, desde pacientes que presentan zonas extensas de consolidación del parénquima pulmonar, hasta pacientes con procesos infecciosos que cursan con estudios radiólogos enteramente normales.

Desde el punto de vista de la semiología radiológica las manifestaciones de las infecciones pulmonares las podemos agrupar en aquellas que cursan con consolidación neumónica, con infiltrados mixtos difusos, opacidades del intersticio pulmonar y lesiones nodulares cavitadas.

Las infecciones nodulares pulmonares pueden ser bacterianas, virales o micóticas. También las pueden producir varias clases de protozoos. En las neumonías se desarrollan opacidades de los segmentos pulmonares afectados, producidas tanto por la proliferación bacteriana como por la respuesta inflamatoria secundaria. Estas opacidades pueden variar considerablemente de aspecto y distribución y sus manifestaciones radiológicas se modifican a través del tiempo. El aspecto de este tipo de consolidaciones es muy variable, tanto desde el punto de vista microscópico del pulmón como en los estudios radiológicos, dependiendo de la etiología y de la distribución anatómica. La consolidación alveolar, en la que hay ocupación del espacio aéreo del pulmón es la forma de manifestación radiológica más frecuente, y puede ser de distribución limitada a un segmento pulmonar (distribución segmentaria), o corresponder uno o varios lóbulos pulmonares (distribución lobar). El aspecto radiológico es diferente dependiendo de si están afectados segmentos aislados o lóbulos pulmonares completos. Las opacidades en la neumonía son a menudo bilaterales y se pueden acompañar de derrame pleural, que se conoce como derrame paraneumónico .

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