martes, 21 de octubre de 2008

Menopausia y los fitoestrógenos

FITOESTRÓGENOS, OPCIÓN NATURAL PARA LA MUJER MADURA

Regina Reyna

Las mujeres japonesas llaman konenki a lo que las latinoamericanas y españolas identifican como climaterio, del cual las orientales experimentan en menor grado los terribles síntomas de esta etapa de la vida; la explicación científica es la dieta rica en productos naturales que les proporciona fitoestrógenos, de los cuales usted debe conocer más.

Rebeca lleva una vida como millones de mexicanas: es la mayor de dos hermanos, casada hace 23 años y mamá de tres hijos; trabaja fuera de casa, cumple con una vida social activa, y está por cumplir 48 años de edad. Sin embargo, desde hace unos meses ha empezado a experimentar sensaciones que antes no tenía y que en ocasiones la desconciertan. Ahora, siente mucho calor por momentos, ha ganado algunos kilos de peso, se deprime con frecuencia, suda más que de costumbre por las noches, sus periodos de menstruación se han vuelto irregulares y se fatiga con facilidad. Su marido e hijos han notado un cambio en su carácter, se irrita fácilmente y se ha tornado ansiosa.

Sin que tenga conocimiento de ello, Rebeca está muy cerca de la menopausia, es decir, el último sangrado menstrual que dará fin a su vida reproductiva y dará inicio a una etapa muy importante, el climaterio, en la que de manera natural los ovarios manifiestan cambios en su funcionamiento que se reflejarán en la baja producción de hormonas, principalmente estrógenos, los cuales son fundamentales en el desarrollo de los caracteres sexuales y funcionamiento normal del aparato reproductor femenino, pero también cumplen otras labores importantes en el organismo, como fortalecer los huesos y preservar la salud de las arterias. Es así que cuando la producción de estrógenos se reduce, se originan trastornos como los antes mencionados, además de que las posibilidades de desarrollar osteoporosis (descalcificación de huesos) o problemas en el corazón son mayores.

El climaterio en Rebeca, como en todas las mujeres, se prolongará por 10 o 15 años, lapso en que podrá hacer una vida prácticamente normal si accede a alguna de las opciones de sustitución de hormonas, tras consultarlo con su ginecólogo.

Química y naturalmente
La alternativa de administrarse estrógenos elaborados químicamente recibe el nombre terapia de reemplazo hormonal, que no en todos los casos tiene los resultados esperados y, por el contrario, produce efectos secundarios lamentables en algunas mujeres. Diversos estudios científicos han referido que la ingestión de hormonas de origen sintético durante más de cinco años incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de mama o de endometrio, aumento de peso, trastornos digestivos y problemas en el sistema circulatorio. Es importante reiterar que las derivaciones mencionadas no se cumplen en todos los casos, y que será decisión del médico, en conjunto con la mujer climatérica, la administración de estrógenos sintéticos.

Otro tipo de estudios realizados en países orientales (Japón, China, Malasia y Singapur, principalmente) han demostrado que las mujeres habitantes de esa región del planeta manifiestan menos síntomas en el climaterio, a diferencia de las occidentales, debido principalmente a la dieta alimenticia, de la cual son parte esencial los fitoestrógenos, sustancias obtenidas del reino vegetal y que al consumirse realizan en el organismo femenino las funciones de los estrógenos que éste ya no produce.

Cada una de las investigaciones ha coincidido también en que las mujeres orientales que consumen habitualmente fitoestrógenos reportan bajos niveles de colesterol y triglicéridos (tipos de grasa que afecta la salud del organismo), así como reducido el número de casos de osteoporosis, tumores de mama, endometrio y colon.

La acción de este tipo de estrógenos se ejerce a través de principios activos llamados isoflavonas, lignanos, coumastinas y lactonas de ácido resorcíclico, que cumplen con la actividad estrogénica, además de proteger contra microbios, cáncer y posibles inflamaciones. Las mujeres asiáticas obtienen los fitoestrógenos de frutas y legumbres (garbanzos y frijoles, entre otros), cereales como granos de trigo y semillas de lino pero, principalmente, de plantas como:
Cimicifuga racemosa. Originaria de oriente y de la cual se aprovecha medicinalmente el tallo, donde se localizan glucósidos triterpénicos e isoflavonas, cuyo mecanismo de acción interactúa eficientemente con los receptores de estrógenos. Ha comprobado que reduce las sensaciones de bochornos, dolores de cabeza, irritabilidad y estados de depresión, además de que fortalece huesos y arterias, sin generar efectos secundarios como los producidos químicamente. La cimicifuga se comercializa en forma de comprimidos recubiertos de 20 gramos y es común que sea prescrita por el médico como complemento de un tratamiento hormonal.

Ginseng. Arbusto de origen coreano del que se aprovecha el potencial de su raíz. Se ha comprobado científicamente que mejora el aprovechamiento de oxígeno y, por tanto, las funciones que el cerebro desempeña. Asimismo, fortalece al sistema inmunológico (el que nos protege de posibles infecciones), además de huesos y dientes. De igual manera, ayuda a que las paredes de las venas de las piernas tengan mayor consistencia, evitando con ello las molestas várices. Este producto natural, además, coopera en la restitución de la salud de quien ha experimentado alguna enfermedad, por lo que resulta importante colaborador para las personas de la tercera edad. Se puede localizar en el mercado farmacéutico como complemento vitamínico.

Ginkgo biloba. Originario de China y Japón, este arbusto, de cuyas hojas se obtiene un extracto, ayuda a distribuir eficazmente el oxígeno a través del flujo sanguíneo. Se ha comprobado que mejora la memoria e incluso la insuficiencia cerebral, enfermedad que se caracteriza por falta general de vitalidad y estabilidad mental en personas mayores de 60 años. Igualmente, se comercializa como suplemento alimenticio.

Soya. Su origen es China y fue traída a occidente desde principios del siglo XX. Está constituido por 38% de proteínas, las que a su vez engloban todos los aminoácidos que necesita el ser humano, es decir, los llamados esenciales (fenilalanina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, threonina, tryptophano y valina, entre otros), que sólo pueden ser adquiridos a través de los alimentos. Además, es un alimento rico en vitaminas, especialmente del complejo B: vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), así como de ácido fólico y minerales como calcio, hierro y fósforo. Se sabe que cuenta con cualidades antioxidantes, es decir, evitan el envejecimiento acelerado del las células, con lo cual juegan un papel muy importante en la mejoría de la mineralización de los huesos, previniendo y combatiendo la osteoporosis. Se aconseja consumir 34 miligramos o más de la planta entera de soya en dos dosis diarias, preferentemente por la mañana y por la tarde, pues de esta forma se disminuye el colesterol llamado malo.

Tofu. No es precisamente una planta, sino más bien es derivado de una de ellas, la mencionada anteriormente soya, cuyas semillas se ponen a remojar para posteriormente cocerlas; el líquido obtenido se llama leche de soya, y tras recibir un coagulante natural (generalmente vinagre de manzana o jugo de limón) da origen a un "requesón" que recibe el nombre tofu, el cual puede comerse de muchas formas, entre ellas en croquetas, paté o salchichas. Además de aliviar las molestias del climaterio, previene la descalcificación de huesos, la acumulación de grasa en las arterias, infartos y cáncer.

Trifolium pratense (el popular trébol). Originario de la hoy Turquía, se utiliza desde hace más de 400 años como remedio contra bronquitis o tos producida por irritación de la garganta; tiene propiedades digestivas, combate el estreñimiento, ayuda en trastornos vesiculares y es un limpiador de toxinas a través de la orina. También ayuda a recuperar el apetito, es buen tónico contra resfriados y es un remedio utilizado tradicionalmente contra la gota, enfermedad producida por la acumulación de ácido úrico (compuesto de desecho) que se deposita, a través de la sangre, en las articulaciones en forma de cristales, causando inflamación y dolor; asimismo, es útil para acabar con la diarrea. Por supuesto, alivia malestares ocasionados durante el climaterio, y aunque es poco empleado en México, puede consumirse tan pronto como se corten y laven sus tallos, hojas y flores; en Europa se utiliza en ensaladas. Puede ponerlo a secar en lugar ventilado, seco y a la sombra, de esta forma no perderá sus principios activos y luego podrá usarlo cuando lo desee en cualquier época del año como compuesto de tés.

Valeriana. Conocida también como raíz de gato, es utilizada desde los siglos IV y V en Europa como alivio a malestares propios de la mujer. En nuestros días se indica como sedante y tranquilizante, sobre todo en enfermedades de los nervios, así como en epilepsia y dolores de estómago y en ocasiones para falta de sueño. La forma más común de consumirla es en té.

Hay otros estudios científicos que respaldan igualmente el efecto de los fitoestrógenos, como el publicado por la revista científica inglesa The Lancet, que a través de un artículo determinó que el consumo de éstos disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama, tal como lo comprobó otro trabajo en Alemania realizado por el ministerio sanitario a mil 500 mujeres.

Ahora bien, en Europa este tipo de medicamentos naturales se utilizan para tratar el climaterio desde hace 20 años, especialmente en Alemania, y en Estados Unidos apenas hace 10. No obstante, tanto para Rebeca como para usted son interesante opción que le ayudará a vivir de mejor manera esos difíciles días del climaterio.


Para saber más

LA BUENA NOTICIA es que en México la empresa OMNILIFE ha puesto en el mercado un producto EGOMINT que proporciona los fitoestrógenos necesarios para el hombre y la mujer en edad madura.

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