sábado, 12 de diciembre de 2009

Verrugas (HPV). Tratamiento homeopático

HOMEOPATÍA:

Los ginecólogos homeópatas tenemos experiencia en haber tratado casos de HPV exitosamente con homeopatía, como siempre con el remedio de fondo o remedio único para ese paciente.
Cuando un paciente está tratado con HOMEOPATÍA tiene su sistema inmunitario en perfectas condiciones como para enfermar lo menos posible. El sistema inmunitario es a lo que se denomina vulgarmente "las defensas", y en homeopatía "energía vital". Además de un buen tratamiento homeopático, es necesario tener una vida sana, no promiscua, respetando al cuerpo de uno y al de los otros.
Cada ser humano es único e irrepetible, no hay otro igual. Por eso el
remedio único homeopático que le corresponde a ese paciente lo va a poner en condiciones inmunológicas de bienestar y de armonía con él mismo y con el medio que lo rodea. Esto va a favorecer la NO necesidad de tratamiento antibiótico, debido a que el propio organismo va a encontrar la directriz de su propia curación.
El tratamiento homeopático es también importantísimo para evitar las infecciones recurrentes, ya que si inmunológicamente está en condiciones, no tiene por qué volverse a enfermar.

Desde el punto de vista alopático, la ciencia se desespera tratando de encontrar por qué recurren algunas infecciones, "a pesar de que los tratamientos antibióticos atacan al germen con todo". Ellos se preguntan por qué hay recurrencia en algunos pacientes y en otros sólo casos esporádicos. La HOMEOPATÍA lo puede explicar bien: algunos pacientes tienen su sistema inmunitario (de defensa) en perfectas condiciones, lo que favorece para que los gérmenes no se instalen ni se hagan patógenos. Otros están inmunológicamente deprimidos, y cualquier bacteria o virus puede colonizarlos y enfermarlos.
Ya lo dijo el Dr. Claude Bernard a fines del siglo XIX: "el germen no es lo importante, lo importante es el terreno". El terreno para la homeopatía es el paciente, único e irrepetible, con su predisposición a enfermar de determinada enfermedad. A esto los Homeópatas lo llamamos: MIASMA. Por ello es necesario muchas veces tratar primero el MIASMA y luego reforzar la energía vital con su
remedio único.

Existen muchos remedios homeopáticos que se pueden utilizar en el caso agudo de la enfermedad. Con estos remedios la gran mayoría de las veces se resuelve la misma sin necesidad de recurrir a antibióticos "para atacar al germen". Son remedios que han sido experimentados en el hombre sano (único experimentador en Homeopatía) y que ha sido probada su eficacia. Al evitar prescribir antibióticos o antivirales estamos evitando suprimir los síntomas, ya que haciendo esto estamos provocando en el paciente una reacción del organismo, que en corto o largo plazo le producirá una enfermedad más grave y más profunda. Y la supresión se establece alopáticamente con la mayoría de los remedios que suprimen síntomas, tales como todos los "anti" (antinflamatorios, antipruriginosos, antiespasmódicos, antibióticos, etc.).

También los homeópatas tenemos el recurso de otros remedios complementarios, como ser el autonosode, es decir la "autovacuna homeopática", que se realiza con material extraído de la lesión del paciente, pero preparada farmacológicamente bajo las estrictas leyes de la homeopatía: diluido y dinamizado.
Demás está decir que estos son tratamientos no agresivos, no destructivos, y con mejores resultados, a corto y a largo plazo, no son onerosos, y son fáciles de realizar. Y lo más importante de todo, es que logramos evitar las recidivas.

Como esta infección la padecen las mujeres (y los hombres menos) en edad sexualmente activa, es importante que las mujeres jóvenes, sobre todo, se abstengan de realizar tratamientos destructivos locales, los cuales a largo plazo pueden traer serias consecuencias para el organismo, al organismo como totalidad, y en forma local también serias consecuencias. Todo tratamiento agresivo, destructivo es registrado en nuestro cuerpo mediante la llamada memoria inmunológica, y a corto o largo plazo esta agresión será devuelta mediante una enfermedad más grave y más profunda. Nuestro cuerpo no se a a olvidar nunca más de las agresiones recibidas.

Con respecto a las vacunas, los médicos homeópatas no estamos de acuerdo en administrarlas por los efectos nocivos que tienen para la inmunidad general del individuo, a corto y a largo plazo. Cualquier vacuna provee de inmunidad para el germen en cuestión, pero cuanto más vacunamos a un niño menos defensas propias tendrá para cualquier enfermedad. Y lo más terrible es que se han demostrado enfermedades autoinmunes en niños o adultos después de polivacunaciones, o simplemente después de una determinada vacuna (diabetes infanto-juvenil, autismo, artritis reumatoidea juvenil, ciertas leucemias, enfermedad de Guillain Barré, etc.).
Un individuo (adulto o niño) tratado con homeopatía no necesita vacunas. Su sistema inmunitario altamente reforzado, armonizado lo protege; la homeopatía es la mejor arma que le podemos brindar para seguir la directriz de su propia curación y mantener así su salud.

Dra. Norma Pereyra
Ayudante de Cátedra
AMHA - 2004
nepereyra@intramed.net.ar

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