domingo, 10 de octubre de 2010

Ojos: Carnosidad o PTERIGIÓN; causas

PTERIGIÓN O CARNOSIDAD EN EL OJO, ¡ATENCIÓN QUIENES VIVEN EN ZONAS TROPICALES!

Lido Coronado

No todo es felicidad, como muchos suponemos, para quienes viven en las zonas tropicales, pues el Sol puede causar problemas de visión como pterigión, que en alto porcentaje de casos lleva al paciente al quirófano; ¿qué puede hacerse?

El pterigión es un tejido que crece sobre la conjuntiva (capa transparente que cubre al globo ocular), siendo el principal factor para que se produzca la radiación ultravioleta del Sol, la cual es aun más intensa en regiones a nivel del mar. Las posibilidades de que se desarrolle aumentan si el habitante de las costas está expuesto constantemente a polvo y viento, lo cual sucede con frecuencia en pescadores o trabajadores del campo.

Los primeros síntomas son enrojecimiento del ojo, sensación de irritación y sequedad, así como comezón o ardor, para dar paso a visión borrosa; cabe destacar que la "película" que se forma sobre el ojo tiene efecto antiestético que para muchas personas es intolerable.

La también llamada carnosidad crece desde un costado del ojo pudiendo llegar a cubrir la córnea (película transparente externa sobre iris -tejido que regula la cantidad de luz que registra el ojo, y en cuyo centro se localiza la pulpila-), lo que impedirá el paso de la luz, produciendo paulatina disminución de la visión; es muy raro que el problema se presente en ambos ojos al mismo tiempo.

Ahora bien, es importante distinguir al pterigión del pinguéculo, el cual crece igualmente sobre la conjuntiva, siendo el tejido más grueso, de color crema con fibras amarillas y cristales transparentes, el cual nunca cubre completamente a la córnea.

¿Qué hago?

En las fases iniciales, cuando las molestias son leves, se pueden controlar mediante gotas lubricantes o lágrimas artificiales que eviten la resequedad y ungüentos que ayuden a reducir la inflamación. Quienes resienten considerablemente el avance de la carnosidad son las personas que acostumbran usar lentes de contacto, ya que las molestias son aun peores e impiden la visión nítida, tornándola borrosa. Cuando el problema alcanza tales dimensiones, es necesario retirar al pterigión por medio de cirugía, ya que puede cambiar la forma de la córnea y afectar considerablemente la vista.

La intervención consiste en una operación sencilla que se lleva a cabo en el mismo consultorio del oftalmólogo, la cual contempla el uso de anestésico local para adormecer el ojo, y en aproximadamente 20 minutos se corta y extrae la carnosidad. Pese a que este tipo de cirugía es en general muy exitosa, puede haber cierto riesgo, como hemorragia o infección, lo cual es poco común.

Tras la operación habrá un poco de molestias durante el primer día, por lo cual se indica el uso de un parche sobre el ojo, además de gotas y ungüento que aseguren una cicatrización rápida y efectiva.

No obstante, aún después de ser removido quirúrgicamente el pterigión puede volver a crecer, particularmente entre gente joven (aproximadamente en 30% de los casos y 5% en mayores). Para evitarlo, algunos oftalmólogos durante la intervención aplican medicamento especial en el ojo para reducir el riesgo de que vuelva a formarse.

El método más eficaz para detener la evolución del problema en etapas iniciales es el empleo de rayos beta (betaterapía), cuyo efecto radiactivo además de impedir el crecimiento de la carnosidad asegura que no vuelva a aparecer.

Quiero evitarlo

Como se indicó con anterioridad, quienes son más propensos a sufrir carnosidad en los ojos son lo habitantes de las regiones costeras, a quienes se aconseja acostumbrarse al uso de gorra o sombrero y anteojos para Sol que protejan los ojos de los rayos ultravioleta. Asimismo, se deberán evitar ambientes secos y la exposición al polvo.

Igualmente deberán usar anteojos o gafas de seguridad quienes trabajan con ciertos productos químicos dañinos, los cuales también pueden generar pterigión al entrar en contacto con el ojo. Es muy importante acudir al oftalmólogo ante las frecuentes molestias de sequedad, irritación y comezón en el ojo, pues de recibirse tratamiento en etapas iniciales se podrá evitar la cirugía.

Hay que aclarar que no debe confundirse la carnosidad con cataratas, cosa que resulta común entre los adultos mayores, pues aunque ambas denotan visión borrosa se trata de afectaciones distintas. Esta última es definida como la pérdida de la transparencia del cristalino -lente situado detrás de la pupila y cuya función es ayudar a enfocar en forma nítida los objetos-, el cual en forma normal tiene color ligeramente amarillento, pero con el paso del tiempo adquiere tono ámbar, gris, blanco o, a veces, rojizo, haciendo que se produzcan alteraciones en la percepción de los colores, llegando incluso a bloquear la entrada de luz al ojo, disminuyendo entonces la agudeza visual.

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