Síntomas y consecuencias
del estrés.
Sólo reconociendo el estrés, sus causas, síntomas y consecuencias, podemos eliminarlo y evitar el daño que nos causa.
"Conocer bien las cosas, es liberarse de ellas". Marguerite Yourcenar (Escritora, galardonada con la Legión de Honor francesa.)Conoce a tu enemigo.
Nos acostumbramos a la vida que llevamos y ya no le prestamos atención a lo que sentimos.
Le quitamos importancia, porque creemos que no podemos hacer nada para cambiar lo que está pasando.
El estrés se manifiesta a:
Opresión en el pecho.
Hormigueo o mariposas en el estómago.
Sudor en las palmas de las manos.
Palpitaciones.
Dificultad para tragar o para respirar.
Sequedad en la boca.
Temblor corporal.
Manos y pies fríos.
Tensión muscular.
Falta o aumento de apetito,
Diarrea o estreñimiento.
Fatiga.
Estos son, sólo, algunos de los síntomas del estrés.
Algunos medicamentos o enfermedades pueden provocarlos.
Si tienes duda, consulta a tu médico.
¿Crees que algunas de las siguientes características forman parte de tu vida en estos momentos? Analiza cada una de ellas:
Inquietud, nerviosismo, ansiedad, temor o angustia.
Deseos de llorar y/o un nudo en la garganta.
Irritabilidad, enojo o furia constante o descontrolada.
Deseos de gritar, golpear o insultar.
Miedo o pánico, que si llega a ser muy intenso puede llevar a sentirnos "paralizados".
Preocupación excesiva, que se puede incluso manifestar como la sensación de no poder controlar nuestro pensamiento.
Pensamiento catastrófico.
La necesidad de que "algo" suceda, para que se acabe la "espera".
La sensación de que la situación nos supera.
Dificultad para tomar decisiones.
Dificultad para concentrarse.
Disminución de la memoria.
Lentitud de pensamiento.
Cambios de humor constantes.
Depresión.
Etc.
Recuerda que el estrés tiene solución. Pero necesitamos saber cómo se inicia y cómo se manifiesta, para poder resolverlo.
Moverse constantemente.
Risa nerviosa.
Rechinar los dientes.
Tics nerviosos.
Problemas sexuales.
Comer en exceso o dejar de hacerlo.
Beber o fumar con mayor frecuencia.
Dormir en exceso o sufrir de insomnio.
Etc.
Cuando nos damos cuenta de nuestro nivel de estrés, éste se incrementa.
Nos sentimos mal.
Tendemos a negarlo o a pensar que cualquiera estaría igual y es cierto.
Cualquier persona que esté estresado constantemente, presenta algunos de estos síntomas.
Pero sólo si reconocemos el problema y vemos como nos está facetando, podemos solucionarlo.
¿El resultado?
El estrés se incrementa y se vuelve a dar todo el proceso.
Cuando esta situación se prolonga, surgen problemas de salud o repercute en otras áreas de la vida de la persona.
Por ejemplo, el estrés que empezó con un problema económico, puede provocar conflictos familiares o de trabajo.
Determina si estás estresado y cual es tu nivel de estrés, de acuerdo a la intensidad y frecuencia de los síntomas y consecuencias antes mencionados.
No es lo mismo si te duele la cabeza o tienes problemas estomacales de vez en cuando, que si los tienes varias veces a la semana.
Es diferente si tienes un problema que te impide dormir un par de noches, que si sufres de insomnio.
Darnos cuenta de lo que nos sucede, puede angustiarnos, pero es la única puerta que nos permite salir de la oscuridad.
Recuerda las palabras de Séneca: "Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables". Por eso, para saber que camino tomar, necesito primero saber en donde estoy.
Imprime la lista de síntomas y manifestaciones y marca cuales están presentes en tu vida en estos momentos.
Subraya las más importantes, por su frecuencia o por su intensidad.
¿Son varios los síntomas provocados por el estrés?
¿Son frecuentes?
¿Intensos?
Si es así, ha llegado el momento de hacer algo al respecto.
Consulta con tu médico y elimina los que él considera que son resultado de una enfermedad o de algún medicamento que estás tomando.
Si tus problemas tienen solución, encuéntrala.
Si no la tienen o no depende de ti, fortalece tu organismo con la alimentación, relajación y ejercicios adecuados, para enfrentarlos y adquiere una nueva actitud ante ellos.
Revisa tu forma de pensar sobre tus problemas y dificultades.
Quizás ha llegado el momento de modificar algunas creencias o pensamientos que aumentan tu malestar.
Analiza las causas del estrés y determina cuales son las que lo iniciaron o lo están manteniendo.
Recuerda que el estrés que se inicia en un área de tu vida puede afectar las demás.
Pero hay que "atacar" la que inició la situación que estás viviendo.
Además, no olvides que cada situación requiere una solución diferente.
Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
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