jueves, 9 de abril de 2009

Candida

La Candida albicans es un hongo diploide asexual (forma de levadura).[2] [3] , saprófito de la familia de los Sacaromicetos.

Normalmente se encuentra en la cavidad oral, en el tracto gastrointestinal y en la vagina. Está envuelta en un rol relevante en la digestión de los azúcares mediante un proceso de fermentación.

La Candida albicans puede asumir patogeneidad provocando la candidiasis; en ese caso se presenta como una afección vaginal (vaginitis), de la cavidad oral (muguet), del intestino o de la piel.

En un físico debilitado, inmunodeprimido o convaleciente de un larga cura antibiótica, la Candida se multiplica en modo anómalo y, atraviesa el intestino, para entrar al torrente sanguíneo, donde libera sus propias toxinas provocando la candidemia. Este fenómeno da lugar a síntomas algunos abdominales, mala digestión, gases e hichazón, molestias intestinales (estreñimiento o diarrea), intolerancia alimentaria, irritabilidad, insomnio, pérdida de la memoria, dolores de cabeza y depresión.

La candidosis induce también una disminución de la absorción de las sustancias nutritivas por lo que se podría producir un estado de malnutrición.

Las candidiasis constituyen un grupo de infecciones causada por un hongo oportunista que puede tener expresión cutánea, gastrointestinal, sistema respiratorio y genitales del género Candida, de los cuales Candida albicans es la más frecuente. Se puede transmitir por ropas, objetos y también por contacto sexual. Estos hongos están siempre presentes en la piel y en la mucosa del tracto digestivo, genitourinario y respiratorio de la mayoría de las personas, pero se encuentran controlados por otros microorganismos no patógenos. Cuando se produce un desequilibrio, el aumento desmedido de la población de hongos produce esta u otras micosis.

La candidiasis afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina. Representa un 25% de las micosis cutáneas.

La candidiasis es la más frecuente causa de vaginitis; se estima que una de cada cuatro mujeres experimentan esta enfermedad durante su vida. Candida albicans es parte de la flora normal de la vagina, sin embargo, hay que recurrir a tratamiento médico si adquiere la condición de patógena cuando se transmite de una persona a otra por contacto sexual, esto es fácil de identificar dado que luego del contacto el hombre o la mujer presenta un color rojo en sus genitales y/o picor intenso que posteriormente desaparece transformándolo en paciente asintomático y en transmisor aparentemente sano hasta que adquiere la condición de invasiva en un promedio de 6 meses; las condiciones de aparición de hongos en la mujer pueden producirse por el uso de duchas que eliminen parte de los microorganismos que lo controlan (como los lactobacilos). La condición patógena es totalmente diferente.

Las probabilidades de contraer candidiasis aumentan en pacientes obesos y diabéticos; el consumo de antibióticos y anticonceptivos también incrementa el riesgo, así como alteraciones hormonales debidas al embarazo.

En pacientes con deficiencia inmunológica, neoplasias, diabetes, lupus eritematoso, y linfomas, la infección puede extenderse, con consecuencias bastante graves.[1]

Etiología

Los hongos están siempre presentes en el cuerpo humano, pero la presencia natural de otros microorganismos previenen su crecimiento descontrolado. Sin embargo, perturbaciones externas, como el uso de ciertos detergentes, variaciones del pH, o internas, como cambios hormonales o fisiológicos, pueden causar alteraciones de la biota y resultar en un crecimiento anormal de los hongos.

Embarazo, uso de anticonceptivos, sexo vaginal después de sexo anal, uso de lubricantes que contienen glicerina, son factores relacionados con infección por hongos. La diabetes y el uso de antibióticos también parecen tener incidencia en la micosis. Además, la cándida puede transmitirse sexualmente. Los tratamientos de reemplazo hormonal y de infertilidad podrían también ser factores desencadenantes.

Síntomas

Los síntomas se caracterizan por lesiones cutáneas (enrojecimiento o inflamación de la piel) acompañadas de prurito y sarpullido. En las infecciones vaginales, puede presentarse flujo blanquecino, con un característico olor a levadura. Su periodo de incubación es de 8 a 15 días.

Diagnóstico

El diagnóstico consiste en una inspección visual de las lesiones. Las reacciones con hidróxido de potasio se emplean a veces para determinar la naturaleza de la infección. Un diagnóstico diferencial característico de la cándida con otras lesiones blancas orales, es que se elimina al raspado ademas; es de vital importancia en caso de tenerla armar la cadena de posibles infectados identificando su fuente y/o origen para iniciar el tratamiento por su peligrosidad dado el proceso simbiotico que presenta con el VPH y BACTERIAS.

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