lunes, 27 de abril de 2009

Influenza

A) Influenza
Se produce por el virus de la influenza; afecta el tracto respiratorio superior e inferior y es altamente contagiosa. La pandemia más devastadora ocurrió en 1918 con más de 20 millones de muertes a escala mundial. Los episodios ocurren más en meses de invierno, pero pueden existir brotes esporádicos, incluso en meses de verano; en Estados Unidos un brote de la enfermedad puede afectar a un 10 a 20% de la población. Influenza A y B constituyen un género y la Influenza C otro género.

Los virus de Influenza A se subdividen con base en antígenos de superficie contenidos en una doble capa de lípidos, como son hemaglutinina y neuraminidasa que son glucoproteinas. La hemaglutinina sirve como elemento de unión a la célula receptora; la neuraminidasa degrada el receptor y ayuda a liberar el virus de la célula infectada después de la replicación. La inmunidad contra el virus de la influenza se produce por los anticuerpos dirigidos contra el antígeno de hemaglutinina y puede dura décadas, en cambio los anticuerpos contra neuraminidasa limitan la diseminación viral y contribuyen a la reducción de la infección (2,3).

Los brotes de Influenza ocurren cada año, sin embargo la extensión y severidad varían ampliamente. Una pandemia ha ocurrido cada 10 a 15 años, y los brotes más extensivos y severos han sido causados por Influenza A que es el que tiene la capacidad de producir cepas inmunologicamente diferentes. El origen de las cepas pandémicas es desconocido. Este virus tiene la característica de que una cepa predomina durante unos años antes
de que una variante emergente la reemplace, con la posibilidad de un cambio antigénico continuo y rápido. La epidemia de Influenza A tiene mayor intensidad en 2 a 3 semanas y termina en 2 o 3 meses. La Influenza presenta en su inicio un incremento de enfermedad respiratoria febril en niños que requieren atención médica, episodios de neumonía, y enfermedad pulmonar obstructiva crónica exacerbada. Una epidemia extensa puede ocurrir cuando un virus de Influenza nuevo emerge para el cual poco o ningún anticuerpo esté presente. Los brotes de Influenza B son menos severos y extensos; el período de incubación es de 24 a 72 horas dependiendo del tamaño del inóculo.

Inicialmente la infección involucra célula epitelial
columnar ciliada, eventualmente llegan a ser necróticas y descaman en algunas áreas, donde el epitelio es reemplazado por célula epitelial metaplásica y aplanada, más frecuente en vías aéreas grandes pero involucra otras células como células alveolares, glandulares, mucosas, macrófagos, y en ocasiones neumonitis intersticial. La regeneración del epitelio demora 3 a 4 semanas y la severidad de la enfermedad se correlaciona con la cantidad de virus en las secreciones. Los síntomas son de comienzo abrupto, con fiebre, escalofríos, cefalea generalizada o frontal, mialgias localizadas o generalizadas, artralgias, opresión retroesternal, malestar general, faringitis, acompañados por síntomas del tracto respiratorio.

Como tos seca (la expectoración purulenta no siempre significa infección bacteriana), dolor al movimiento ocular, fotofobia y sensación de quemazón ocular. Los síntomas pueden ser leves, sin fiebre, con características similares al resfriado común, piel caliente, diaforesis profusa, algunos llegan a la postración. La fiebre puede durar hasta 8 días, se presenta adenomegalias cervicales generalmente en jóvenes, emesis, dolor abdominal, diarrea y otitis media. Al examen físico no hay hallazgos que se consideren específicos de influenza, pueden ser mínimos como rinorrea acuosa, faringitis, hasta roncus, sibilancias, estertores, disnea en reposo, cianosis, signos de consolidación pulmonar. El paciente no complicado resuelve en un período de 2 a 5 días. La astenia postinfluenza puede persistir semanas. Las pruebas regulares de laboratorio no son específicas de influenza; las pruebas específicas para confirmar influenza son el cultivo vírico, detección rápida de antígenos yserología.

Los anticuerpos pueden ser medidos por inhibición de la hemaglutinación, ELISA, neutralización, anticuerpos antineuraminidasa obtenidos en la fase aguda y 10 a 14 días después incrementos de por lo menos 4 veces el valor inicial, son diagnósticos de infección aguda. La fijación de complemento es menos sensible pero detecta tipos específicos de antígenos. Existe una frecuencia más alta de anticuerpos de influenza A y B en trabajadores de la salud.

Los cambios radiográficos observados consisten en infiltrados intersticiales difusos, imágenes de ocupación alveolar en parches unilateral o bilateral, y en casos severos edema pulmonar de permeabilidad. El derrame pleural es raro y se resuelve en 3 semanas. Los gases arteriales revelan hipoxemia que dependerá del grado de compromiso pulmonar. La mayoría presentan obstrucción de la vía aérea y bajos volúmenes pulmonares. El recuento de leucocitos es variable, puede existir leucopenia intensa en caso de enfermedad severa, pero en casos de infección bacteriana leucocitosis.

La tasa anual de muertes en Estados Unidos es de 20.000 por año y en epidemias graves de 40.000 por año. Los que más se complican son aquellos con enfermedad cardiaca, pulmonar previa, ancianos, y embarazadas. El 90% de las muertes ocurren en mayores de 65 años. La complicación más común es la neumonía, que puede ser primaria (debida al virus) o secundaria (debida a bacterias) y en la mayoría de ocasiones mixta. Es más frecuente y severa en fumadores de cigarrillo.

Es poco frecuente la miositis, la rabdomiolisis y la mioglobinuria. Miocarditis, pericarditis, alteraciones del sistema nervioso central como encefalitis, mielitis transversa, síndrome de Guillain Barré, son atribuidas a autoinmunidad o hipersensibilidad.


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