En toda la república Mexicana existe un estado de excepción. Es una guerra civil que protagonizan las mafias. Obispos como el de Saltillo del estado de Coahuila Raúl Vera López, revela con gran valentía, que la impunidad con la que operan las bandas criminales obedece en gran medida a la protección que reciben de los gobiernos municipales, estatales y de las instituciones de la federación. En cambio al pobre que se roba una gallina se le aplica todo el peso de la ley. Aquí un caso.
En Radio Fórmula, una de las emisoras más escuchadas del país, los comentaristas matutinos se admiraban de una mujer que fue detenida por robar DOS PESCADOS en un supermecado. Por esa razón estuvo encarcelada por más de dos meses. Sin embargo en estados como Coahuila y Durango por sólo citar dos casos, los delincuentes, asaltan, extorsionan, asesinan y secuestran a plena luz del día sin que los cientos de soldados, agentes federales o estatales, ni los policías municipales puedan detenerlos.
El ciudadano común deduce dos vertientes, o son ineptos o son cómplices. En todos los casos optan por ésta última. Casualmente los secuestros a empresarios se da en la proximidad de las elecciones. El mismo Partido Acción Nacional sugirió, a través de una encuesta, que las elecciones federales que le dieron la mayoría legislativa al PRI en éste año (2009) se debió a que éste partido recibió para sus campañas dinero del narcotráfico.
En éste contexto el diputado por el PT Gerardo Fernández Noroña, reitera ante el Secretario de Gobierno Fernando Francisco Gómez Mont, la ineptitud y complicidad del gobierno para terminar con la violencia e inseguridad que se vive en nuestro país. Bien lo decía el presidente Juárez que; "...sin honestidad administrativa no es viable una república liberal y democrática".
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